SERIE ÁNGELES DE LA OSCURIDAD [+18] – Gena Showalter
+ Frases:
1. MALAS NOCHES
ZACHAREL Y ANNABELLE
—Mira, Maravilla Alada. Sácame de aquí, y
entonces vamos a negociar los detalles acerca de donde me quedo. ¿Vale?
—Maravilla Alada —dijo, asintiendo con la
cabeza—. Me gusta. Es adecuado.
—Capitán Modestia te pega mejor —murmuró.
—No estoy de acuerdo. Maravilla Alada es
claramente la mejor opción para un hombre como yo, y vamos a discutir los
detalles ahora.
— ¿Deseaste dejar mi nube?
—Deseé dejar la
habitación.
—Y fallaste en tu
tentativa.
—Tu nube fue la que
falló, no yo.
—Eres simplemente tan buena conmigo.
Ella cruzó los brazos sobre su cintura.
— ¿Eso es sarcasmo? Creo que detecto sarcasmo.
—¿Estás segura de que tan siquiera conozca lo que
significa esa palabra?
Ella chasqueó la lengua.
— ¿Por qué evitaste
entrar en contacto conmigo antes? —preguntó, apartándose del tema de los
demonios. En este momento, necesitaba un descanso mental—. Y no trates de decir
que no fue deliberado. Básicamente retorciste tu cuerpo para poder mantener la
distancia, un movimiento que yo inventé para establecer los límites con otros
pacientes.
—Pierdo la pista de
todo lo importante cuando estás cerca de mí —refunfuñó.
—Eres como Eva con la
manzana —dijo.
— ¿Eso es un insulto o
un cumplido?
—Las dos cosas.
—Entonces sólo estoy
medio ofendida.
— ¿Sabes? Eres guapo
cuando sonríes —dijo, acariciándole la mejilla.
—Feroz, mujer. Soy
feroz.
—Si tú lo dices.
—Tuve que elegir y te
elegí a ti. Siempre te elegiré a ti.
—Me salvaste.
—Supongo que eso
significa que me la debes. Lo que me lleva al segundo punto que quería tratar
contigo. Quiero ayudarte a luchar contra los demonios.
—Nunca lo he dudado.
—¿De verdad? ¿Me vas a
dejar sin lloriquear como un bebé?
—Primero, yo nunca
lloriqueo. Medito, y, seguramente, de una manera muy sexy. Segundo, como me dijiste,
te has pasado la mayor parte de tu vida en una jaula. No voy a ponerte en otra.
----------------------------------------------------------------------------------------------
2. ÁNGEL SIN ALAS
KOLDO
Y NICOLA
—Soy bastante grande, lo sé —dijo en un acento que no podía ubicar. Al menos no había sonado ofendido. Sin embargo, el estómago se le hundió. ¿Se había dado cuenta del examen, y ahora trataba de… consolarla por la grosería? Qué inesperado y dulce. Bueno, entonces, sería valiente.
Levantó la barbilla y se obligó a mirarlo a los ojos.
—Tal vez yo soy increíblemente pequeña —dijo,
intentando bromear.
—Entonces, ¿qué querrías hacer? —le preguntó.
—Quisiera vivir —dijo, realmente vivir—. Quisiera viajar por el mundo,
saltar desde aviones, bailar en la cima de un rascacielos, bucear en aguas
profundas buscando un tesoro y acariciar un elefante.
—¿No sería mejor que yo hiciera, no sé, dejarme crecer
la barba, hacerme más alta y representar a Koldo en una pequeña producción
titulada Lo Que Estás Pidiendo Es Imposible? Porque creo que puedo hacerlo.
—Oh, vale, bien, ¿cómo se supone que voy a hacer lo de la paz y la alegría si sigues siendo mezquino conmigo?
Dio un paso hacia atrás, como si estuviera
conmocionado.
—No soy mezquino.
—Koldo, ¿conoces la definición del término mezquino?
—Sucio. Desagradable. Cruel.
—Quizá para algunos. Pero la definición de Nicola Lane
es “un grano en el culo”.
—Apela al Altísimo. Enviará al que esté más cerca para
ayudarte.
— ¿Cómo sabes
eso con seguridad?
—Prometió rescatar a todos los humanos que apelan a
Él, y Él siempre cumple sus promesas.
— ¿Incluso a mí?
Sus cejas se arquearon hasta el
nacimiento del pelo, o lo que había sido su línea del cabello.
— ¿Eres humana?
—Ja, Ja. Sabes que lo soy. Espera. ¿Lo soy, verdad?
No
sonrías.
—Lo eres. Y ahora, pongo punto y final a esta
conversación.
—Había pensado en pagar tus facturas de todos modos.
De esta forma, puedo coger los recibos vencidos apilados en la cesta que tienes
marcada como Ruina con tu conocimiento, en lugar de robarlos y quizás ganarme
un castigo.
—Oh, Koldo. Sí, sí, sí y mi veces sí. Acepto. De nada,
por cierto —bromeó en un esfuerzo por enmascarar el temblor en la
barbilla—. Quiero decir, que soy tan generosa, al estar poco dispuesta a
permitir que te castiguen.
—Lo que he aprendido con los años es que la gente no
debería definirse por un solo error. Todo el mundo se equivoca —dijo—. Tienes
que perdonarte a ti mismo y seguir adelante.
—Y
estabas tan enfadado contigo mismo, tan destrozado. Koldo ¿no lo ves? Cuanto
más tiempo la retengas, más probabilidades tienes de hacerle un daño
irrevocable. Y si lo haces, nunca vas a ser capaz de perdonártelo.
Inspiró… Expiró.
—Merece
sufrir.
—Quizás
sea así, pero el odio te hace tan prisionero a ti como a ella. Ni siquiera
puedes ver a través de él.
—No
me importa.
—Bueno,
a mí sí. Llévala ante tu juez.
----------------------------------------------------------------------------------------------
3. ARDIENTE AMANECER
THANE
Y ELIN
—Un
día abriré mi propia pastelería y la llamaré “Permitido Comer Pastel”. O
“Felicidad Eterna”. O “Tartas de Ensueño”. Todavía no lo he decidido. Pero pase
lo que pase, será glorioso. La gente vendrá de todas partes del mundo para
probar mis increíbles postres.
Sus ojos brillaban con una emoción que no podía
nombrar.
—Mañana,
antes de tu turno, hornearas uno de esos increíbles postres para mí.
Gracias
por pedirlo.
—Claro.
Puedo hacerlo. Por un precio.
Él
parecía a punto de esbozar una sonrisa.
— ¿Cuánto?
—Como…
¿Cien dólares?
— ¿Estás
solicitando recomendación o indicando?
— ¿Indicando?
—La
próxima vez, ¿prefieres que te enseñe cómo hacer un pastel para relajarte?
— ¿Para
qué así haya dos de nosotros capaces de provocar arcadas a mis clientes
habituales? No.
La
sequedad de su tono hizo que ella bufara.
—Mira el señor Serio burlarse de la señora Tontorrona. Mejoraré. Simplemente espera y
lo verás.
—Kulta,
no podía ser peor.
— ¿Vas a castigarme? —preguntó. Nada la sacaría de su amoroso estado de
ánimo más rápido.
— ¿Castigarte? No. ¿Por qué piensas eso?
—Amenacé a tu amigo con arsénico.
—Así es. Lo hiciste. Gracias por recordármelo.
Ella se golpeó la frente con la palma.
— ¿Cómo puedo ser tan tonta? La regla de oro número uno es nunca recordarle
a tu jefe tus errores. Si él no los recuerda, tú tampoco deberías hacerlo.
— ¿Cuántos
años tienes?
—Un
montón.
— ¿Más
de doscientos?
—Sí.
Un
jadeo.
— ¿Más
de trescientos?
—Sí.
Déjeme ahorrarte tiempo. Tengo unos pocos más de mil.
—Guau. Eso es, como, un
buen montón.
—Tal como he dicho.
—No,
Abuelo. Excluiste el “realmente”.
— ¿Bromeas?
Varias veces me has enviado libros, flores y chocolates. ¡Y tú nota! ¿Recuerdas
tu nota? Casi me muero por sobrecarga romántica al leerla.
Se
vio joven y tímido cuando preguntó: — ¿La sobrecarga romántica es algo bueno?
El
corazón se le encogió.
—Mucho.
Es como un desfile del Día de San Valentín en mi corazón.
— ¿No hay nada que quieras
cambiar en mí?
—Nope. Nada de nada.
— ¿Así que soy perfecto?
—Para mí —susurró con un filo
irregular en su tono—. Eres perfecto para mí. Pero, ¿Qué hay de ti? ¿Cambiarías
algo de mí?
Tambaleándose por su admisión,
dijo: —Tú eres ideal.
—Porque mi preocupación me... alterará. Puede que no sea bueno para ti.
Ignorante conejito.
—No siempre tienes que ser amable por mí. —Tendría que cuidar cada palabra,
cada acción, y eso sonaba a un tipo de tortura—. Sólo tienes que ser tú mismo.
Puedo lidiar con ello.
Él exhaló su aliento provocando que el pelo le cosquilleara la frente.
—Ahora, ¿Quién es el que dice cosas románticas?
—Te lo dije. Tú me tienes. Soy tuyo. Todo lo que he
sido. Todo lo que soy. Todo lo que yo nunca seré. Tu felicidad es la mía. Tu
furia es la mía. Y tus necesidades serán satisfechas antes que las mías. Te
amo, y para mí, eso significa colocarte en primer lugar y darte lo que nunca
daré a otro. Poder sobre mí.
---------------------------------------------------------------------------------------------------
3.5. EL ASESINO MÁS OSCURO
FOX Y BJORN
—¿Es la primera vez que ves
a una chica?
Dos podían jugar este juego. Cada vez que la mirara, ella
emitiría burlas. Finalmente, Bjorn volvió su atención a su rostro. Por segunda
vez, un sonrojo pinchó sus mejillas.
—Mis disculpas. Eres
encantadora y me ha pillado desprevenido.
¿Un cumplido, de un
Enviado? Fox se tambaleó.
—Ella considerará perdonaros —dijo Bjorn con un guiño—, por cien
mil dólares. De cada uno de vosotros.
Ella jadeó y se sobresaltó, dirigiendo su mirada hacia él. Su
defensa en favor de ella frente a cientos de Enviados no había provocado una
respuesta tan encantada, y no tenía que preguntarse por qué. Le gustaba que
apoyara sus intereses, le gustaba ser defendida cuando prefería cuidarse sola.
—Eso es, sin duda, la cosa más dulce que alguien me haya dicho.
—Nunca te he pedido nada, Bjorn. Nada importante, al menos.
—Lo sé. Tú no pides, tú emites demandas.
—¿Te estás quejando? —Preguntó ella, con una ceja arqueada—. No,
en serio. ¿Lo estás haciendo? Tal vez dame una lista con mis peores rasgos, y
trabajaré en...
—Lo estás malinterpretando.
—Mientes. No puedes amarme.
—Puedo. Lo hago. Y lo haré. Para siempre.
Fox: Personaje secundario de la Serie Señores del Inframundo
---------------------------------------------------------------------------------------------------
+ FRASES:
No hay comentarios:
Publicar un comentario