+ Frases:
1. THE IRON KING
—¿Es aquí cuando vas a matarme?
—Si quieres,— el murmuro, mientras una chispa de diversión cruzaba su cara—. Aunque esto se ha vuelto demasiado interesante para eso.
Quería regresar a casa. Solo que, casa se había convertido en un lugar aterrador también, casi como Nuncajamás. Me sentía perdida y traicionada, fuera de lugar en un mundo que deseaba hacerme daño.
—He aquí mi pacto. Si me ayudas a encontrar a mi hermano y llega sano y salvo a casa, entonces me iré contigo a la Corte Unseelie. Sin una lucha, de mí o Puck.
—¿Él significa tanto para ti? ¿Intercambiarías tu libertad por su seguridad? Respiré hondo y asentí con la cabeza.
—Sí.
—Todo lo que me estás diciendo es que no traicionaré a mis amigos o familia. Si eso es una debilidad, es una que quiero.
—Yo te habría llevado hasta allí!— rugió Puck—. ¡Yo!¡No necesitas su ayuda! ¿No confías en mí para mantenerte a salvo? Lo habría dado todo por ti. ¿Por qué no creíste que sería suficiente?
—Solo tendrás una oportunidad,— murmuré.
Ash sonrió sin humor.
—Entonces tendré que hacer que cuente.
Yo te protegeré, pensé, sorprendiéndome a mí misma. Conseguirás superar esto, lo prometo. Simplemente no te me mueras, Ash.
Ash cruzó su mirada con la mía, como si pudiese notar lo que yo pensaba, con sus solemnes ojos grises bajo las sombras de la tubería. Me pregunté si mis emociones estaban difundiendo mis pensamientos, si Ash podía leer el aura de glamour que me rodeaba.
¿Quién eres en realidad? ¿Qué ha hecho Puck para hacer que le odies?
Quiero entenderlo. Siento que no os conozco a ninguno de los dos.
—¿Recuerdas cuando te dije de tu debilidad?— murmuró Ash, estirando la cabeza para mirarme. Aunque sus ojos eran duros, vidriosos de dolor, su voz era amable—. Tienes que hacer esa elección ahora. ¿Qué es más importante para ti?
—!Cállate!— Las lágrimas me cegaban, y pestañee para alejarlas—. No puedes pedirme que tomé esa decisión. Tú también eres importante para mí, maldición. No te voy a dejar atrás, así que solamente cállate.
—Meghan—. La voz de Ash, a pesar del dolor bajo la superficie, estaba calmada—. Espero que encuentres a tu hermano. Si ves a Puck de nuevo, dile que me arrepiento de tener que abandonar nuestro duelo.
—¡Ash, no! ¡No hagas esto!
Lo sentí sonreír.
—Me hiciste sentir vivo de nuevo— murmuró.
Ethan se sorbió los mocos ruidosamente y saludó, tratando con todas sus fuerzas no llorar. Y yo sonreí, viendo sus emociones claramente como una hermosa pintura: azul de la pena, esmeralda de la esperanza, escarlata del amor… Estábamos conectados, todos nosotros.
Nada, hadas, Dios o inmortal, podía romper eso.
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1.5. THE WINTER PASSAGE
―Yo no soy un hada de Invierno, soy humana, con sentimientos y emociones humanas. Y si quieres que me disculpe por eso, te puede ir olvidando. No puedo bloquear mis sentimientos como tú. Aunque la próxima vez que estés a punto de ser comido o asesinado, creo que no me molestaré en salvar tu vida.
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2. THE IRON DAUGHTER
―Yo siempre confiaré en ti.
―No, ― dijo él, entrecerrando los ojos. ―No lo harás. Soy tu enemigo, Meghan. Nunca olvides eso. Si Mab me dice que te mate en frente de toda la corte, es mi deber obedecer. Si ella ordena que Rowan o Sage te desmiembren, asegurándose de que sufras cada segundo de ello, se espera que yo me quede parado allí y les permita que lo hagan. ¿Entiendes? Mis sentimientos por ti no importan en la Corte de Invierno. Verano e Invierno siempre estarán en lados opuestos, y nada cambiará eso.
Tomé una respiración profunda, conteniendo las lágrimas, dispuesta a congelarlas dentro de mí, congelar todo dentro de mí. Emociones, lágrimas, recuerdos, todo lo que me hiciese débil. Porque si yo iba a actuar en el Tribunal Unseelie, tenía que estar hecha de hielo. No, no de hielo. De hierro.
―¿Por qué me siento tan atraído hacia ti? ―murmuró, casi para sí mismo. ―¿Por qué es tan difícil dejarte ir? Pensaba… al principio… que era por Ariella, a la que me recordabas tanto. Pero no es eso. ― Aunque no sonrió, sus ojos se iluminaron un tono. ―Eres mucho más testaruda de lo que ella nunca fue.
―¿Qué quieres de mí, Meghan? ―preguntó, una fibra de angustia parpadeando bajo la superficie. Lagrimas nublaron mi visión, todo el miedo y angustia de los últimos días elevándose a la superficie.
―Solo a ti, ―susurré. ―Tan solo te quiero a ti.
En mi mente, vi el anillo de metal brillar blanco, pulsando con energía. Sentía el glamour a su alrededor, pero era diferente a cualquier cosa que hubiera sentido antes – frío y sin color. ¿Era esto... el glamour de hierro? ¿Podía utilizarlo como los Fey utilizaban la magia más salvaje de los sueños y emociones?
―Te vas de nuevo, ¿no? ―Preguntó de manera casual, aunque sus labios temblaban y sollozó, tratando de contener las lágrimas. ―No has vuelto para quedarte conmigo.
―Todavía no, ―murmuré, alisándole el pelo. ―Ojalá pudiera. Realmente, pero... ― Ethan sorbió, y lo atraje hacia mí. ―Lo siento, ― dije en voz baja. ―Todavía hay algunas cosas que tengo que resolver.
―¡No! ―Ethan se aferró a mí, enterrando su cara en mi costado. ―No te puedes ir de nuevo. No te llevarán de nuevo. No se los permitiré.
―Acepto.
―¿Aceptas? ¿Qué?
―Los términos de nuestro contrato. Yo te ayudaré hasta que tengamos el cetro y lo devolvamos a la Corte de Invierno. Me quedaré contigo hasta que estas condiciones se cumplan, esto prometo.
―¿Eso es todo lo que es para ti? ¿Un acuerdo?
―Meghan. Déjame hacer esto. Es la única manera que puedo pensar para pagarte.
―¡No vas solo a traer esa excusa otra vez! ― Gruñí, y el pestañeó sorprendido. Lo miré. ―¿Recuerdas que paso la última vez que te fuiste sin mí? Mete eso en tu testaruda cabeza, Ash, no me voy a quedar atrás y es el final.
La mortal tormenta de rayos de hierro, voló hacia nosotros, podía sentirlos navegando a través del aire, al estilo matrix, dejado ondas distorsionadas en su evolución. Sin pensar, me di vuelta y arrojé mi mano.
Me acerqué a Mab y extendí el cetro en las manos, ansiosa de librarme de la estupidez. Por todo su poder, parecía un artículo tan pequeño, insignificante, que causaba tanto odio y confusión y muerte.
―Perdóname―, murmuró Ash, y oí el más débil de temblores debajo de su voz. ― Pero no puedo... no voy a renunciar a ella.... No ahora, cuando acabo de encontrarla.
Te gusta este mundo. Te arriesgaste todo para salvarlo. ¿Realmente te vas a ir y olvidaras que alguna vez existió?
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3. THE IRON QUEEN
Aprendí que el amor puede trascender la raza y el tiempo, y que puede ser hermoso y perfecto por lo que vale la pena luchar, pero que también es frágil y desgarrador, y en ocasiones el sacrificio es necesario. Que a veces eres tú contra el mundo, y no hay respuestas fáciles. Que tienes que saber cuándo retenerlo… y cuando dejarlo ir. E incluso si ese amor vuelve, puedes descubrir algo en alguien más que ha estado allí todo el tiempo.
¿El Rey impostor quiere un guerra? Le daré una. No estaba lista. No aún. Tenía que volverme más fuerte. Tenía que aprender a controlar mi magia, tanto la del Verano como la magia de Hierro, si es que realmente es posible aprender ambas.
―Planeo conservarte, de todos, durante el tiempo que viva. Eso incluye a Puck, el rey falso, y cualquier otro que quiera llevarte. Supongo que debería haberte advertido de que tengo una ligera vena posesiva.
―No lo había notado, ―susurré, intentando mantener mi voz ligera y sarcástica, pero salió bastante entrecortada. ―Está bien, yo no te voy abandonar, tampoco.
La pieza fue corta y terminó abruptamente, como si Paul acabara de quedarse sin notas.
―Bueno, no está terminada todavía, ―murmuró, bajando sus manos, ―pero te haces una idea.
―¿Cómo se llama?
Paul sonrió.
―Memorias de Meghan.
―Pregúntale cómo sólo respirar el aire lo estaba matando desde adentro. Pregúntale cómo me sentía, viéndolo cada vez peor y no pudiendo hacer nada.
―Y todavía estoy aquí. ― La voz de Ash era como hielo frágil, sus ojos oscurecidos a negro. ―Y parece que mi promesa no significa nada para ti. ¿Me liberas ahora, cuando es conveniente hacerlo?
―Ash, no puedo verte sufrir de nuevo, no de esa manera. Si tú me sigues al Reino de Hierro de nuevo, podrías morir, y eso podría matarme también. No puedes pedirme que haga eso.
―Que sea conocido, desde hoy en adelante, yo prometo proteger a Meghan Chase, hija del Rey de Verano, con mi espada, mi honor y mi vida. Sus anhelos son míos. Sus deseos son míos. Si el mundo se pone en su contra, mi espada estará a su lado. Y en caso de que no la proteja, que mi propia existencia se pierda. Esto lo juro, por mi honor, mi Nombre Verdadero y mi vida. A partir de este día…― Su voz fue aún más suave, pero aun así lo escuché como si él lo susurrara en mi oído. ―Yo soy tuyo.
Las hadas madrinas no existen, e incluso si lo hicieran, ellas no podrían agitar una varita mágica y hacerlo todo mejor. (No sin un contrato, de todos modos). Además, yo tenía algo mejor que un hada madrina, tenía mi hada caballero, mi hada embustero, y mi gato hada, y eso era suficiente.
―Los celos no son algo con lo que tratemos bien, ―admitió. ―Pero algunos de nosotros hemos estado alrededor el tiempo suficiente para saber cuándo hay que dejar ir, y lo que es más importante. La felicidad de mis dos mejores amigos debe ser más importante que alguna antigua enemistad.
―Dios, estamos mandones hoy, ― dijo, aunque le faltaba su usual energía. ―Dale un ejército a una chica y se le sube a la cabeza. ― Bostezo rascándose el cuero cabelludo. ―Está bien entonces. Si alguien me necesita, estaré desmallado en mi tienda tratando de olvidar donde estoy.
Quería vivir. Quería ver a mi familia y terminar el colegio y viajar a lugares lejanos de los que sólo había leído. Quería reír con Puck y amar con Ash, y hacer todas las cosas que la gente normal daba por hecho. Pero no podía. Me habían dado este poder, esta responsabilidad. Y tenía que terminar lo que había comenzado, de una vez por todas.
Algo mojó el dorso de mi mano, frío como agua de manantial, cristalizándose en mi piel. Las lágrimas de un hada.
Siempre seré tu caballero, Meghan Chase. Y juro, que si hay alguna manera de que estemos juntos, la encontraré. Sin importar lo que tome. Si tengo que perseguir tu alma hasta el fin del mundo, no me detendré hasta encontrarte, lo prometo.
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3,5 SUMMERS CROSSING
¿Por qué estás aquí?
Por Meghan. Esa era la respuesta obvia. Estaba aquí por Meghan. Porque yo amaba a mi princesa y quería que ella fuera feliz. Incluso si su felicidad significaba que ella estuviera con alguien más. Incluso si ese alguien era mi archirrival. Quería que fuera feliz.
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4.THE IRON KNIGHT
A pesar de todo, no lamento darle la espalda a mi reina, a mi gente y a mi hogar. Esa parte de mi vida está concluida. Mi lealtad —y mi corazón— pertenece a otra reina ahora.
Abandonar mi voto me destruiría poco a poco, hasta que no quedara nada. Aun cuando no estuviese decidido a encontrar una manera de sobrevivir en el Reino de Hierro, no tendría otra opción que continuar.
Voy a estar con ella de nuevo, o moriré. No hay ninguna otra alternativa.
Conocía el dolor. Íntimamente. Le di la bienvenida a veces, porque eso significaba que todavía podía sentir, que no estaba completamente congelado. ¿Qué más podría hacerse a mi cuerpo que no hubiese vivido?
No importaba que Puck hubiese perdido tanto como yo, que su dolor fuese tan grande, que amaba a Meghan lo suficiente como para hacerse a un lado, para retirarse con gracia. No importa que él la amase tanto que se uniría a su peor enemigo en la búsqueda de lo imposible, sólo para asegurar su felicidad. Él estaba aquí, no por mí, sino por ella.
Sabía que no era real, la Meghan real estaba de vuelta en el Reino de Hierro como la poderosa Reina de Hierro. Sabía que esto era un sueño, o tal vez había muerto y pasado al cielo y no lo sabía todavía. Pero verla hizo que mi corazón latiera frenéticamente, me faltaba poco para tirar de ella y dejar que la luz me consumiese. ¿Si me quemara hasta que no quedase nada, sería un destino tan terrible?
En ese momento, vi los celos que ella nunca mostró, el daño que causé al escoger a otra persona, aunque ella sabía que tenía que ser así.
Tal vez fue la primera emoción verdaderamente fea que vi en ella, y mi rabia se disipó completamente. Qué le había hecho. Ella me lo había dado todo, y yo le di la espalda.
—Tienes la oportunidad de ser feliz ahora —continuó Meghan, y sus ojos azules brillaron con lágrimas no derramadas, aunque nunca apartó la vista—. Ash, es Ariella, el amor que perdiste por décadas. Si ella realmente regresó, entonces el destino os ha dado otra oportunidad, y yo... yo no voy a estar en vuestro camino. —Una lágrima se derramó, corriendo por su mejilla, pero ella seguía sonriendo mientras me sostenía la mirada—. Lo que teníamos era un sueño, y era hermoso, pero fue sólo un sueño. Es hora de que nos despertemos.
Pero Grimalkin también estaba allí, con calma lamiéndose una pata delantera entre miradas de desprecio del Lobo, así que me relajé un poco. Cuando el gato desaparezca, entonces me preocuparía.
Sería terriblemente irónico, pensé, que, si ganaba un alma, olvidase todo acerca de Faery, incluyendo todos mis recuerdos de ella. Ese tipo de final parecía adecuadamente trágico; el afligido fey que se convierte en humano, pero que se olvida de por qué quería serlo.
—Mi otra mitad parece un poco ocupado por el momento, así que pensé en venir a saludar. La-la-la-lee —cantó, tirando de sus dagas—. ¿Cuál es el verdadero yo? —Él me dio esa sonrisa demoníaca y giró sus armas—. Sólo tienes una oportunidad de acertar príncipe.
—Oh, chico hielo —dijo el Puck real, que seguía luchando con sus dos dobles—. Deja de jugar con mi gemelo malvado, ¡tú tienes el tuyo propio!
—De acuerdo. Dos Goodfellows sería más de lo que nadie en este mundo podría tener.
—Me estremezco al pensar en las consecuencias.
—No estás ayudando, ¡Grimalkin! —dijo el Puck real, esquivando un golpe en la cabeza—. ¡Y no estamos aquí para tomar el té con nuestros malvados dobles! ¿Ustedes dos no deberíais estar tratando de matarse?
Los Grimalkins olfatearon.
—Por favor —dijeron al mismo tiempo.
—Conciencia —entonó—, es parte del ser humano. El arrepentimiento es algo de lo que ningún mortal puede escapar por mucho tiempo. Si no puedes llegar a un acuerdo con los errores de tu pasado, entonces no estás en condiciones de tener un alma.
—Errores —dije con amargura, tratando de serenarme—. Mi vida ha estado llena de errores.
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4.5. IRON'S PROPHECY
—Este es siempre el gatillo —susurró el oráculo detrás de mí—. No importa lo que tu hijo elija después, ser el salvador o el destructor, esta escena es el catalizador que anuncia todos los eventos. La muerte de Ethan Chase, trae consigo una tormenta diferente a la que cualquier Faery haya visto y en el ojo del huracán está tu hijo.
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+ FRASES:
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