Translate

FRASES - SERIE PÍDEME [+18] - Megan Maxwell

 




SERIE PÍDEME [+18] - Megan Maxwell









Frases:


1.  PÍDEME LO QUE QUIERAS

ERIC Y JUDITH



Acalorada y enfadada por lo ocurrido, no sé qué pensar. No sé qué decir. He estado a punto de hacer algo que nunca había pasado por mi mente y ahora me siento defraudada por no haberlo hecho.


—Pero ¿de verdad crees que, por pinchar una rueda y manchar la ropa de grasa, el bonito día se puede jorobar? ¡Por favor! Qué poco sentido del humor y de la aventura que tienes. Alemán tenías que ser.


—Algo tan inesperado como tú está dando emoción a un amargado alemán.
—¿De verdad? —murmuro como una boba.
Eric asiente y me besa.
—¿Dónde has estado toda mi vida?


—Mira, Eric, esto no va a funcionar. Seamos sólo amigos. Creo que en el plano laboral podemos trabajar juntos, pero…
—Jud, nunca te he mentido en nada.
—Lo sé —admito dándole la razón—. El problema aquí soy yo, no tú. Es que no me reconozco. Yo no soy la chica que tú manejas como una pieza. No… ¡me niego! No quiero. No quiero saber nada de tu mundo, ni de tus juegos ni de nada de eso.


—¿Me has despedido? Pero ¡si todavía no te he llamado gilipollas!


—Te dije que no quería que te pusieras en peligro y tú has continuado con tu jueguecito sin pensar en cómo me podía sentir. Te podías haber matado delante de mis ojos y yo no podría haber hecho nada para impedirlo. Por Dios, ¿Cómo puedes ser tan inconsciente?


—¿Lo has pasado bien?
—Sí. Muy bien.
—¿Tanto como para repetir otro día?
—Oh, sí… por supuesto que sí. Además, he visto cosas que quiero probar y…
—Dios mío, ¡he creado un monstruo!


—Tú estás aquí, cariño. Tú eres mi presente. ¿Dónde voy a ir yo sin ti? Pero ¿te has vuelto loco? Cómo se te ocurre ni siquiera pensar que yo te voy a dejar por tu enfermedad.


—¿Sabes lo que me ha dicho tu sobrina? Literalmente ha dicho: «Como vuelvas a darle otro azote a mi tita, te doy una patada en las pelotas que te las dejo de corbata».


—Señorita Flores, ¿quiere dejar de provocarme para que yo pueda dirigir esta empresa?


Si alguien me hubiera dicho un año antes que yo haría todo eso, hubiera pensado que se le había ido la cabeza. Pero no. Allí estoy, desnuda en la cama de Eric dispuesta a cumplir mis fantasías y las suyas.


Acabo de cometer la mayor locura de mi vida y de pronto me doy cuenta de que todo me da igual.


---------------------------------------------------------------------------------------------------


2. PÍDEME LO QUE QUIERAS Y AHORA Y SIEMPRE

ERIC Y JUDITH



—Para él, tu seguridad, encontrarte y saber que estabas bien, ha sido lo primordial, lo más importante, y eso me hace ver la clase de hombre que es Eric y lo enamorado que está de ti.


—Cariño, no dudes un segundo de que eres lo más importante de mi vida y que estoy loco por ti. ¿Tú ya no me quieres? —No contesto, y él continúa—: Si me dices que es así, prometo soltarte, marcharme y no volver a molestarte en tu vida. Pero si me quieres, discúlpame por ser tan cabezón. Como tú dices, ¡Soy alemán! Y estoy dispuesto a seguir intentando que regreses conmigo porque ya no sé vivir sin ti.


—Te voy a conquistar todos los días.


—No puedo vivir sin ti. ¿Qué me has hecho?
—Te he hecho lo mismo que tú a mí. ¡Enamorarte!



El perro posa su huesuda cabeza en mi pierna y lo toco.
—No lo toques. ¡Te morderá! —grita Eric, enfadado.
Eso me hace reír. Estoy segura de que Eric lo mordería antes a él.



—Me duele oírte decir eso. ¿Y sabes por qué? Porque me haces sentir que si alguna vez a mí me pasa algo debo dejarte.
—No, cariño.
—Sí..., sí, cariño —insisto—. ¿Acaso yo soy diferente a ti? No. Si yo tengo que plantearme tener que dejarte, tú deberás plantearte tener que dejarme a mí ante una enfermedad. ¡Oh, Dios!, espero que nunca me pase nada, porque, si encima de que me pasa algo, tengo que vivir sin ti, sinceramente, no sabría qué hacer.



—Utilízame, úsame y disfrútame.


— Te prometo, pequeña, que iremos a España siempre que quieras, que tu familia vendrá a nuestra casa siempre que quiera, pero, por favor, sonríe; si yo no te veo sonreír, no puedo ser feliz.


—No sé qué hacer contigo, Jud. Te quiero, pero me vuelves loco. Te necesito, pero me desesperas. Te adoro, pero...
—¡Serás gilipollas...!


—¿Conoces el dicho «si tienes un pájaro debes dejarlo volar»? Si vuelve, es tuyo; si no, es que nunca te perteneció. Eric regresará. Ya lo verás, morenita.


—No soy tu cariño, ni tu pequeña, ni tu morenita ni nada. Aléjate de mí.
—¡Dios, Jud!, me estás destrozando el pie.
—Quítalo y no lo destrozaré.
—Eres mi amor, mi cariño, mi pequeña, mi morenita y, además, eres mi mujer, mi novia, mi vida y miles de cosas más. Y por eso quiero pedirte que vuelvas a casa conmigo. Te echo de menos. Te necesito y no puedo vivir sin ti.



—¡Oh, Dios, Eric! Si hubieras visto lo que yo he visto, entenderías que no quiera tenerlos. Se te pone eso... enorme..., enormeeeeeeeeee, y tiene que doler una barbaridad. No. Definitivamente me niego. No quiero tener hijos. Si quieres anular la boda lo entenderé. Pero no me pidas que piense en tener niños ahora mismo porque no quiero ni imaginármelo.


---------------------------------------------------------------------------------------------------


3. PÍDEME LO QUE QUIERAS O DÉJAME

ERIC Y JUDITH



—La otra noche, cuando regresábamos de tomar unas copas, antes de marcharos para tu casa, me miró a los ojos y dijo: «Eres como un sabroso capuchino: dulce, caliente y me pones nervioso».


Pero ¿por qué todo el mundo se empeña en que tengo que tener hijos?


—Me pones como a una Ducati cuando eres tan terrenal.


—¿Me acabas de hacer la cobra, señora Zimmerman?
—Ten cuidado, o la próxima vez te haré la víbora, ¿entendido?


—Sonríe y yo sonreiré.


—Llevo un tatuaje en mi cuerpo que pone «Pídeme lo que quieras» y que me hice por ti. Llevo un anillo en el dedo que dice «Pídeme lo que quieras, ahora y siempre», que tú me regalaste. —Sigue sin mirarme—. Te quiero. Te adoro. Sabes que por ti soy capaz de poner el mundo patas arriba, pero llegados a este punto en que no quieres que te abrace, y que me siento fatal porque veo que no me quieres ni mirar, me lo voy a jugar todo y te voy a decir sólo una frase: «Pídeme lo que quieras o déjame».


—Jud..., mis ojos siempre nos van a dar problemas.
—Yo también te los voy a dar siempre.



—Vale..., comprendo todo lo que dices. Pero entiende, cariño, que una no es de piedra y que tú eres una tentación perpetua.


—Nunca te voy a dejar, cabecita loca. Yo no sé ya vivir sin ti.



Divertida, pienso si limpiarle la baba al pequeño o a su padre.
¡Qué monos son los dos!


Nunca había entendido ese empeño de las madres por contar sus partos, pero ahora que yo he tenido el mío, me gusta recrearme en él y recordarlo.


—No puedo con más hormonas lloronas, cariño, ¡no puedo!
A mí me entra la risa. Pobrecito, menudo trauma le he creado durante mi embarazo.


---------------------------------------------------------------------------------------------------


4. SORPRÉNDEME

MEL Y BJÖRN


—Me vas a desgastar de tanto mirarme.
—Lo mismo digo, aunque entiendo que me mires, todas lo hacen.
—¿En serio? ¿Y no te has planteado que quizá te miren por la cara de tonto que tienes?



—¿Eso que acabas de decir lo puedo tomar como un cumplido?
—Sí. Si tus ojos son bonitos, lo son y punto.



—¿Dónde te has dejado las cadenas? Lo digo por lo de fantasma. ¡Serás creído!


—¿Se puede saber qué te pasa para que siempre estés con la escopeta cargada? Joder, chica, mirarte es como leer un cartel de «¡Peligro, alto voltaje!».


Mientras observaba a sus amigos besarse con pasión en la ducha, volvió a sentir lo que sentía únicamente cuando estaba con ellos: soledad.


—Me encanta tu tatuaje.
—A mí también.
—¿Qué significa para ti?
—Los atrapasueños alejan los miedos, las pesadillas, y yo decidí tener el mío en mi cuerpo.



Mel, totalmente confusa por todo, se sintió fatal. Él le estaba abriendo su corazón y ella, en cambio, no estaba siendo sincera.


—¿Qué importa la nacionalidad o la profesión que yo tenga, Björn? Yo soy yo... soy Mel, el resto no debería importarte.
—Pues me importa. ¡¿No ves que me importa?! Y tus mentiras me han hecho daño, ¿no lo ves?


—¿Por qué has dejado que todo llegue a estos límites, Björn? ¿Por qué? Sabes que Mel te quiere y tú la quieres a ella. Mel intentó llamar tu atención, pedirte perdón y tú se lo negaste. ¿Cómo has podido ser así?


—La rebeldía la llevó a ser militar. Su padre siempre quiso un chico que siguiera sus pasos, pero tuvo dos niñas y al final Mel decidió ser ese chico que su padre nunca tuvo. Como ella me dijo, le quiso demostrar que no hacía faltar tener algo colgando entre las piernas para ser fuerte y ser militar.


—¿Sabes? —insistió nervioso, sin dejarla hablar—. Mi padre me aconsejó que para enamorarte te hiciera reír, pero quiero que sepas que cada vez que te ríes, yo me enamoro como un idiota más de ti. 


—Tú me valoras. Bailas conmigo, cuidas de mi hija y de mí y quieres darnos la familia que él nunca nos quiso dar, sin que yo te lo pida. Björn, tú eres ese hombre único y especial que yo siempre he querido conocer, y te aseguro que Sami y yo te queremos con todo nuestro corazón, porque...


---------------------------------------------------------------------------------------------------


5. PÍDEME LO QUE QUIERAS Y YO TE LO DARÉ

ERIC Y JUDITH


—Eric —lo corto impasible—. Sabes que adoro a los niños y te adoro a ti y que por vosotros doy mi vida, pero necesito trabajar en algo que no sea cuidar de los niños, dar de comer a los niños y dormir a los niños o te juro que me voy a volver loca como mi hermana Raquel; ¿quieres eso?


—Mira, Björn —dijo—, por mi trabajo, cuando iba a Afganistán, siempre tenía que estar alerta en relación con quién pudiera acercarse a mí con una granada de mano, pero lo que nunca perdí fue la humanidad.


Quiero conocer a Peter. Al llegar, me impacta, pero más me impacta comprobar la educación y el saber estar que tiene el chaval. Mel no ha exagerado. Tenía razón. Efectivamente, lleva el pelo demasiado largo para mi gusto, la ropa que usa es enorme, pero sus modales son impecables. Vamos, que una vez más la vida me demuestra que el dinero no lo da todo, y menos la educación.


¿De verdad el amor caduca como los yogures?


—Ni se te ocurra tocarme porque es lo último que me apetece. No sé qué narices te pasa o nos pasa últimamente a los dos, pero está visto que algo no va bien, y ya estoy harta de que tú digas «¡ven!» y yo, como una idiota, te obedezca.


—Tenemos una teniente con muy mala leche que anoche me hizo ver lo burro e idiota que estaba siendo con mi preciosa mujer —explica Eric—, y una vez colgué, decidí resolverlo.


Discutimos, nos amamos, volvemos a discutir, pero estoy tan convencida como él de que estamos hechos el uno para el otro y de que nuestro amor perdurará en el tiempo.


Eric ha cambiado y se ha hecho a mí. Ya no es raro verlo canturrear o bailar conmigo a solas; eso era impensable cuando lo conocí, pero él por mí hace esas cosas, como yo lo hice en su momento al abandonar España para seguirlo y estar con él.


¿Perdonar? ¿Voy a ser capaz de perdonar y olvidar lo que vi?


—Querido Eric, ya me he quemado; ahora ten cuidado, no te quemes tú.


—Yo no tengo ni un solo instante contigo que quiera olvidar. Cierro los ojos y te siento a mi lado besándome con amor y dulzura. Cierro los ojos y te veo sonreír con nuestra complicidad de siempre, y me desespero cuando los abro, te veo y siento que nada de eso ocurre ya.


—Como dice la canción, voy a hacer todo lo posible para que recuerdes nuestro amor y aprendas a olvidar. Necesito que en tu cabeza estemos sólo tú y yo. Sólo tú y yo, mi amor.


---------------------------------------------------------------------------------------------------


6. PASA LA NOCHE CONMIGO

LOLA Y DENNIS


Le encantaba desarmar a los hombres, y cuanto más creídos y seguros de sí mismos eran, más disfrutaba.



En cuanto al sexo se refería, el depredador siempre había sido él, pero sin duda aquella pelirroja de ojos verdes y descarados no se quedaba atrás.



—Llámame Lola. Keira sólo lo utilizo cuando soy infiel.


—Brasil, eres ardiente, cálido, abrasador, loco... —comentó—. Y todo eso me gusta, me gusta mucho.


—El arte del shibari es tan hermoso que distintos fotógrafos han hecho exposiciones con personas atadas y suspendidas de las maneras más bellas y expresivas.


—Não deixe de me olhar.
—¿Qué? ¿Qué dices?
Sonriendo, él le dio un tibio beso en la punta de la nariz y aclaró:
—No dejes de mirarme.



—Estás sudando, cariño.
—Perdone, señor Alves, pero yo no sudo, ¡brillo!



—Nunca consientas que nadie se apropie de tu vida. Tu vida es tuya y sólo tú has de decidir lo que quieres hacer con ella.


—Y ¿Qué opinas tú? ¿Me consideras un riesgo?
—No te enfades, pero claro que te considero un riesgo. Si me separo de Justin, además de hacerle daño, tendré que soportar a mi padre, y siento pavor al pensar que quizá luego lo nuestro no funcione.
—Sólo puedo decirte que quiero que lo nuestro funcione tanto como tú.
—Eres mi riesgo, y me gustas mucho.



—Le funciona. Pero tengo miedo de que fuerce demasiado la máquina y volvamos a tener otra rotura de motor.
—¡No jorobes! 
—Ya te digo.
—Uf... Si se rompiera su motor —susurró Jud señalando a su marido—, no sabría qué hacer. Su motor es demasiado importante para mí.



P. D. Recuerda, el amor no es lo que deseamos sentir, sino lo que sentimos sin querer.


—Te quiero..., te quiero..., te quiero... —susurró él junto a su oído—, porque de ti me gusta hasta 
lo que no me gusta.


---------------------------------------------------------------------------------------------------


+ FRASES: 




No hay comentarios:

Publicar un comentario