LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN [+18] - Megan Maxwell
+ Frases:
— Brindemos porque Marta en el 2010 conozca una estupenda rana, que le quite ¡to er sentío! Y que le haga olvidar los asquerosos sapos que ha conocido hasta el momento.
— Ya que te pones ¡que la rana se convierta en príncipe!
— Eres una rana muy… muy desagradable, ¿lo sabías?
— No. Nunca me lo habían dicho.
— Felicidades, campeona. Eres una auténtica luchadora. Una mujer increíble y una magnífica madre que ha sabido ganarle la partida a la adversidad. Ahora, tras saber eso, me alegro más que nunca haberte conocido.
— Sí. Eres soso. Tremendamente soso. El soso más soso que he conocido en toda mi salada vida.
— Y tú eres una intemperante.
— ¿Se puede saber qué me has llamado, so idiota?
— No, Patri. No es solo por eso. Creo que ese tipo, a pesar de su rigidez, de su seriedad y de todo eso que no me gusta de él, es el único hombre que me ha tratado bien en todos los aspectos. Se ha preocupado por mí. Ha cocinado para mí y cuando estamos solos te juro que olvida esa rigidez y sonríe. Sonríe como un niño y es encantador.
— Oh, Marta… me decepcionas. Pensé que tú eras la romántica de los tres y ahora tendré que pensar que Patri lo es ¡Que Dios nos coja confesados!
— Eres la mujer más rara de todas con las que he estado, pero al mismo tiempo la más normalita y terca.
— Vaya… gracias por lo de rara —sonrió esta—. Y lo de normalita y terca suena a común… sosa… aburrida.
— No. Te recuerdo que aquí el soso soy yo.
— ¿Sabes, Marta?
— ¿Qué?
— A veces, las ranas también se enamoran aunque no digamos cosas tan maravillosas como las que dice en las películas tu maravilloso Dermot Mulroney, ¿habías pensado en ello?
— Entonces, ¿me aseguras que amas a mi madre y que la quieres a ella tal y como es? Y que aunque yo te enseñe algo, ¿no te enfadarás, ni pensarás mal de ella?
— Te lo aseguro. No cambiaría nada de ella. Ni siquiera ese maldito carácter que a veces me saca de mis casillas.
— ¡Vanesa!, ¿puedes explicarme que hace el señor Martínez en mi casa?
— El señor Martínez está aquí porque no puede vivir sin ti, porque te quiere y porque desea que le des una nueva oportunidad para poder demostrarte lo soso, idiota, insulso, y corto de vista que es.
— Te quiero. Te quiero tanto maldita cabezota que he estado a punto de perder la razón por no tenerte cerca. Eres la mujer más maravillosa, bonita y cautivadora que he conocido en mi vida y como dice Dermot Mulroney en tu película preferida «prefiero mil veces discutir contigo que hacer el amor con otras».
— Honey, tú me enseñaste que los planes están para romperlos.
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