LOS PRÍNCIPES AZULES TAMBIÉN DESTIÑEN
MEGAN MAXWELL
Sam y Kate se conocieron de jóvenes y, tras vivir un idílico amor, que para ellos traspasó fronteras, formaron una preciosa familia y fueron muy felices… hasta que sucedió algo inesperado.
Terry, hermana de Kate, y Michael, hermano de Sam, siempre han estado junto a ellos. Y aunque saltan chispas cada vez que se ven, el roce hace el cariño, y ambos son conscientes de que lo suyo puede terminar en un auténtico cortocircuito, por lo que intentan no enredar más las cosas.
Sin embargo, la vida es caprichosa y todo se complica entre los cuatro. Nada es lo que parece: ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno, porque aquí, el que no destiña que levante la mano.
- Quizá dentro de quince días, un mes o siete años sea un puñetero desgraciado porque mi historia no funcionó. Pero joder... el tiempo que funcionó. ¿Quién me lo quita? ¿Quién me quita mis recuerdos? Nadie, Sam. Absolutamente nadie. Y por ello, por esos recuerdos, por esos momentos alucinantes y por la felicidad que puedes encontrar tienes que arriesgarte.
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