FUE UN BESO TONTO
MEGAN MAXWELL
Cuando lo acompañan al hospital, conocen a Alex, neurocirujano, y Oscar, pediatra, con los que rápidamente conectarán, y no precisamente para bien.
Sus vidas, sus mundos y sus vivencias son muy diferentes, pero cuando la pasión asalta sus corazones, ya nada vuelve a ser igual, porque como dice Olga, hay muchas maneras de salvar vidas: unas lo hacen con pistolas y otros con pijamitas verdes y gorritos de aviones.
—Los hombres son como los cuartos de baño, o son una mierda o están ocupados.
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