HASTA QUE SALGA EL SOL - Megan Maxwell
+ Frases:
—¿Cuál es tu palabra favorita?
—Vacaciones.
—Mmm…, excelente elección.
—¿Y la tuya?.
—¡Érase!
—¡¿Érase?! —Ella rio.
—Esa palabra es el principio de muchos cuentos que leí cuando era niño. Recuerdo el cosquilleo que sentía al leer «Érase…» porque sabía que era el inicio de algo bonito que iba a conocer y que me lo haría pasar muy… muy bien.
—Sigo pensando que en ocasiones lo que comienza como una locura puede convertirse en lo mejor de tu vida. Me gustas, sabes dónde localizarme y, como dice la canción…, espero tu primer movimiento.
—No por llevar tatuajes eres una mala persona, ni por llevar corbata eres alguien decente. Ni los tatuajes ni las corbatas definen a las personas; quien se define es la persona misma con sus acciones y su manera de proceder en la vida.
—Por mi trabajo en el bufete, veo todo tipo de divorcios. Divorcios amistosos, divorcios complicados, divorcios por maltrato…, y siempre he afirmado con chulería que un hombre podría ponerme la mano encima una vez, pero no dos. He acudido a reuniones para mujeres donde yo misma he repetido hasta la saciedad que hay que llamar al 016 para pedir ayuda, pero cuando hace tres meses me dio un bofetón…, me olvidé de todo lo que siempre había dicho y lo perdoné.
—Nunca imaginé que esto me pudiera pasar a mí. Lo veía en la televisión, en el despacho de abogados, y… y… me da tanta vergüenza…
—¡¿Vergüenza?!
—Sí, vergüenza —asintió ella—. Soy una profesional de la abogacía. Una mujer trabajadora e independiente que siempre ha tenido muy claras las cosas, hasta que lo conocí a él y me dejé embaucar por su falso amor. A menudo he oído decir que las víctimas de malos tratos son las últimas en asumir que son mujeres maltratadas, y ahora soy consciente de que es verdad. No quería reconocerme a mí misma como una víctima.
—Si los tontos fueran flores, tú serías la primavera.
—Sofía, no te disculpes por algo de lo que tú no tienes culpa. Y déjame explicarte algo que me dijeron cuando tuve el accidente: la verdadera discapacidad está en el cerebro de las personas que piensan que ser diferente es ser menos.
—Ahora entiendo muchas cosas de ti y de tus inseguridades. Los idiotas como ese son los culpables de la tristeza que siempre hay en tu mirada y, con respecto a eso, espero que aprendas a obsequiar con tu ausencia a quien no aprecie ni desee tu presencia. Tú vales mucho, Sofía. Demasiado para estar con fracasados como ese. Nunca lo olvides.
—He ido con vosotros a muchas manifestaciones contra la violencia de género y un sinfín de cosas más. He gritado «¡No… es no!», he voceado «¡Basta ya! ¡Ni una más!»…, pero luego me he estado engañando a mí misma. No quería ver la realidad de mi vida ni quería que nadie la supiera, pero eso se acabó. Y se acabó porque he despertado y me he dado cuenta de que solo yo puedo tomar la decisión.
—Cariño —la cortó su padre—. Como ella diría, no sueñes tu vida y vive tus sueños. Mamá vivió el suyo y tú te mereces vivir el tuyo.
—Todos hemos tenido en algún momento dado a alguien no muy recomendable a nuestro lado. Lo importante es darte cuenta de ello, no dejarte influenciar y saber dirigir tu vida.
—¿Hasta cuándo vais a estar de juerga?
—¡Hasta que salga el sol!
—¡¿Érase?! —Ella rio.
—Esa palabra es el principio de muchos cuentos que leí cuando era niño. Recuerdo el cosquilleo que sentía al leer «Érase…» porque sabía que era el inicio de algo bonito que iba a conocer y que me lo haría pasar muy… muy bien.
—Sigo pensando que en ocasiones lo que comienza como una locura puede convertirse en lo mejor de tu vida. Me gustas, sabes dónde localizarme y, como dice la canción…, espero tu primer movimiento.
—No por llevar tatuajes eres una mala persona, ni por llevar corbata eres alguien decente. Ni los tatuajes ni las corbatas definen a las personas; quien se define es la persona misma con sus acciones y su manera de proceder en la vida.
—Por mi trabajo en el bufete, veo todo tipo de divorcios. Divorcios amistosos, divorcios complicados, divorcios por maltrato…, y siempre he afirmado con chulería que un hombre podría ponerme la mano encima una vez, pero no dos. He acudido a reuniones para mujeres donde yo misma he repetido hasta la saciedad que hay que llamar al 016 para pedir ayuda, pero cuando hace tres meses me dio un bofetón…, me olvidé de todo lo que siempre había dicho y lo perdoné.
—Nunca imaginé que esto me pudiera pasar a mí. Lo veía en la televisión, en el despacho de abogados, y… y… me da tanta vergüenza…
—¡¿Vergüenza?!
—Sí, vergüenza —asintió ella—. Soy una profesional de la abogacía. Una mujer trabajadora e independiente que siempre ha tenido muy claras las cosas, hasta que lo conocí a él y me dejé embaucar por su falso amor. A menudo he oído decir que las víctimas de malos tratos son las últimas en asumir que son mujeres maltratadas, y ahora soy consciente de que es verdad. No quería reconocerme a mí misma como una víctima.
—Si los tontos fueran flores, tú serías la primavera.
—Sofía, no te disculpes por algo de lo que tú no tienes culpa. Y déjame explicarte algo que me dijeron cuando tuve el accidente: la verdadera discapacidad está en el cerebro de las personas que piensan que ser diferente es ser menos.
—Ahora entiendo muchas cosas de ti y de tus inseguridades. Los idiotas como ese son los culpables de la tristeza que siempre hay en tu mirada y, con respecto a eso, espero que aprendas a obsequiar con tu ausencia a quien no aprecie ni desee tu presencia. Tú vales mucho, Sofía. Demasiado para estar con fracasados como ese. Nunca lo olvides.
—He ido con vosotros a muchas manifestaciones contra la violencia de género y un sinfín de cosas más. He gritado «¡No… es no!», he voceado «¡Basta ya! ¡Ni una más!»…, pero luego me he estado engañando a mí misma. No quería ver la realidad de mi vida ni quería que nadie la supiera, pero eso se acabó. Y se acabó porque he despertado y me he dado cuenta de que solo yo puedo tomar la decisión.
—Cariño —la cortó su padre—. Como ella diría, no sueñes tu vida y vive tus sueños. Mamá vivió el suyo y tú te mereces vivir el tuyo.
—Todos hemos tenido en algún momento dado a alguien no muy recomendable a nuestro lado. Lo importante es darte cuenta de ello, no dejarte influenciar y saber dirigir tu vida.
—¿Hasta cuándo vais a estar de juerga?
—¡Hasta que salga el sol!
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+ FRASES:
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