HASTA QUE SALGA EL SOL
En mi humilde opinión, Megan Maxwell es una autora increíble con obras maravillosas, por ese motivo se encuentra entre mis autores favoritos.
Este libro a robado mi paciencia. Según lo iba leyendo consideraba cual era la puntuación correcta. Al principio lo iba a calificar como entretenido, pero... leerlo se me hizo eterno, cuesta arriba. Incluso en algunos momentos me ha puesto de mala leche, deseaba tanto terminarlo y parecía nunca acabar. Por ese motivo el deficiente.
Ahora bien, ¿Por qué?
Empecemos con las hermanas:
1. Nuestra Esther, parece un personaje racional, pero su relación con Carlos es inexplicable como bien relata la autora. Aunque la auténtica cuestión es... si solo son follamigos (ella misma lo confirma varias veces y se mantiene en sus trece de que no son novios, aunque él afirme lo contrario) ¿Por qué la actitud de todos, incluida la misma Esther, es de enfado, molestia o desprecio, cuándo descubren que Carlos ha estado con otra mujer? Nunca se ha habla de exclusividad entre ambos. ¿Por qué cuando Esther está con Jorge se siente como si estuviera engañando a Carlos, así como culpable de no hablar de su existencia a Jorge? Vale, Carlos le ha pedido matrimonio, pero... él tiene montada su película.
Desmontando esa racionalidad, cuando Carlos aparece en escena y Jorge le conoce, ¿Por qué cuando este último le pide explicaciones, ella no le dice la verdad? Si va a romper con Carlos y devolverle el anillo. Sin embargo, a Jorge le habla mal y no le da ninguna explicación. No me extraña su enfado, la Esther no le cuesta nada decirle que van a aclarar la situación en vez de dar a entender otra cosa. Entiendo que la autora necesita darle vidilla al relato, pero menuda forma más estúpida de gestionar el nudo de la historia.
2. De nuestra Sofia no termina de convencerme su actitud de macarra, es más, cuando leí la sipnosis me imaginaba otra historia y me decepcionó bastante la elección de la autora.
El problema real en este caso, es cuando alcanzamos el momento clave de su historia. Entiendo la reacción de todos, excepto la de Candy, a la cual le confiesa la verdad del chantaje de Oscar, ¿Cómo es posible que, aún sabiendo de la amenaza de Oscar de publicar las fotos donde ella aparece desnuda, Candy aún le suelte un sermón estilo "Tienes que alejarte de él porque no es bueno para ti"? Sofía no es tonta, ella ya lo sabe, quiere distanciarse de él desde hace tiempo, pero en ese momento está atrapada y tiene miedo, ¿Qué forma de reaccionar y gestionar el asunto es esa? Que falta de empatía y de valorar una situación como esa.
Tanta importancia a algunos asuntos que la autor ha tratado libro sí libro también y, a otros como este, ninguno, como tampoco ha trabajado ni ha dado visibilidad a la diabetes de Sofía, una enfermedad bastante común y de la cual no se habla mucho, incluso con el mal comportamiento inicial de Sofía al inicio del libro, donde no se cuidaba nada. Para matarse.
Y hablo con conocimiento, mi madre es diabética y es una enfermedad muy compleja y nada fácil de sobrellevar.
Otra decepción.
En cuanto a personajes secundarios... vamos a ver...
Empezamos fuerte con Hugo y Vega. La odio, no tiene sentido. De un momento a otro, después de años de ignorarse, de él mantener una relación de 3 años con otra mujer, se acuestan juntos, sin provocación, ni señales de ninguno, demasiado de repente y sacado de la nada (no te metes ni en contexto). Pero además, es Hugo quien se lanza, cuando nunca mostró interés en ella, excepto el verano de hace años y años, y, encima, Vega le cuestiona si están a punto de cometer un error y recordándole a su novia, cundo ella lleva enamorada de él desde aquel verano. ¿Tendría más sentido a la inversa no? Sin más. Ni pies ni cabeza.
Pero además, sin ton ni son, tras acostarse varias veces más en secreto de sus amigas, cuando todo se descubre delante de estas... ¡Le pide matrimonio! Ni matrimonio ni leches, que solo se han acostado cinco veces contadas ¿Qué me estás contando? Me cuesta digerirlo.
Y encima... cágate lorito... en ese mismo instante cuando aparece la hija de Vega después de este momentazo inesperado... ¡Tiremos la casa por la ventana! Él se convierte oficialmente en su padre y todos contentos. Reconozco que en esa escena me apetecía algo de drama. Hugo es el tío de la niña, me habría gustado algo de negación por su parte con este cambio de roles si se casaba con su madre. Pero no, todo es maravilloso...
Ufff... no puedo. Me saca de mis casillas. Que rapidez, me he sentido como si estuviera viendo la relación de unos Sims. La autora no me ha transmitido nada en este caso. Es casi como la relación de Harry y Ginny en la película de Harry Potter y el Príncipe mestizo, estacada con mal gusto.
De otro lado, Jorge siempre tan digno y tan hipócrita, enfadándose tanto con el secreto de Esther, si siquiera lo consideramos secreto, cuando él guarda uno mucho peor y real. Encima de todo, la autora lo gestiona de tal forma que sea nuestra protagonista quien vuelva a buscarlo. Sin embargo reconozco que, con sus más y sus menos, este problema y como se soluciona está mejor tratado y, aunque la actitud de Jorge cuando se descubre el pastel no me parece muy acertada dadas las circunstancias, la posterior me encanta y se dirime esta vez.
Pero... Jorge, Jorge... encima de no dejar a Esther explicarse, enfadarse con su mentira, que si valoramos realmente no existe y, encima, mantenerse en sus trece de no querer saber nada de ella... se enfada con ella cuando se la monta cuando descubre la verdad de él... Vamos a ver, eres un divo.
Ahora de otro lado..., a veces en los libros de Megan Maxwell me falta sutiliza a la hora de abordar algunos temas, como el feminismo, las personas transgénero, en este caso concreto. Esta muy bien incluir esta materia en los libros, pero algunas veces me siento como si estuvieran dándome una lección de moral (hablo también de la industria cinematográfica o serial), no necesito parrafadas, a veces se nota mucho la intención de estás y corta el rollo de la trama.
Concretamente, en este libro ha sabido trabajar muy bien la violencia de género, pero no el tema transgénero de Marta. Para mi ha sido muy meter la escena con parrafada sin ton ni son, con su momento y ya. Como un copia y pega. No lo considero necesario, me habría gustado más que desde el inicio, cuando nombrara a la amiga de la hija de Vega, se hubiera abordado el tema explicando su situación y sus problemas sin entrar en materia, con gracia y sutil, pero la autora a mantenido el detalle hasta la escena hacia el final del libro, bastante sacada del contexto y muy gratuita, al no tener ninguna relación con la trama de la historia.
En este caso, el tema de Marta ha sido un aquí te pillo aquí te meto. En Tampoco pido tanto sí lo abordó bien, pero en este cero patatero. Igual con el feminismo, últimamente veo mucha parrafada metida de gratis en vez de utilizar la propia historia a su favor y, como dije más arriba sin centrarse en otros temas también de interés como las amenazas recibidas por Oscar de publicar fotos desnudas de Sofía.
En resumen, aunque tal vez rascando aún podría haberme quejado de algo más, porque para quejarme no me callo, ha sido un libro con potencial muy desperdiciado, la autora a patinado a lo grande. Ha sido una detrás de otra y, aunque me duele en el alma, no se merece una calificación superior de mi parte, porque ni siquiera a cumplido su función de entretenerme.
Y aquí termino con mi explicación.
Un saludo y hasta la próxima.
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